Los últimos acordes de Mariano Loiácono Quinteto y las primeras penumbras de la noche quedaron ahí, flotando cerca de la superficie del lago de Potrero de los Funes.
El Festival Internacional de Jazz de San Luis estaba inaugurado y la siguiente cita era completamente desconocida para mí: Tonolec.
El nombre no me decía nada, apenas sabía que se trataba de una suerte de fusión. De modo que llegué al auditorio de la Caja de los Trebejos, junto al Hotel Potrero de los Funes, sin expectativas.
“Desde Chaco y Formosa nos traen las voces de las culturas originarias…”, anunciaron.
Foto: Emiliano Cosenza. |
El primer vocablo que dejó salir la garganta de Charo Bogarín me hizo olvidar de todo lo estaba pensando y lo que había pensado antes y antes de antes también. Imposible distraerse de su timbre agudo y la atmósfera sonora que la banda había generado en apenas dos segundos.
Por supuesto, no era jazz, sino folclore fusionado con “bits electrónicos”, como diría ella antes de empezar el cuarto tema. Música ancestral con arreglos disparados desde la Mac de Diego Pérez y el aporte en vivo de flauta, diversos instrumentos de percusión y guitarra acústica. Dicho así, suena a una típica mezcla con samplers, pero no. Tonolec fusiona de verdad, enriquece las composiciones del norte argentino con un swing que las vuelve únicas.
Charo agradece la invitación al festival. Dice que el jazz nació como una música popular y que ellos también recatan la música del pueblo, de los pueblos originarios.
Después habla del origen de la palabra Tonolec. Resulta que se trata de un pájaro del monte chaqueño que canta de noche para atraer a sus presas. ¿Y cuántas presas seremos hoy? Probablemente, 100 botines sentaditos, sonriendo sin pensar, hipnotizados. Papita para el Tonolec.
La lista de temas:
La cazadora. Fue cantado en lengua Qom. Al final, Charo, explica: “Habla de cómo, con la modernidad, la mujer indígena se adaptó y salió a buscar junto a su marido la fuente de dinero que les diera de comer”.
Techo de paja. Una de las pocas cantadas completamente en castellano. “Tengo una casa con techo de paja, visítame niebla de cada mañana”, dice el estribillo y uno puede ver claramente esa casa solitaria.
Cosechero. Disfruten el video:
So-Cayolec (Mi caballito). Cantada en lengua Qom. Originalmente, esta lengua no tenía una palabra para designar a los caballos, era un animal desconocido que trajeron los colonizadores.
Cinco siglos igual. Una versión del popular tema de León Gieco, adaptado a la lengua Qom. Disfruten el video:
Indio Toba. Una excelente decisión para el cierre. El público terminó aplaudiendo de pie.
Video oficial del tema:
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