18 junio 2011

El policial según Borges en su aniversario

Foto: Absolut-Argentina.com
El 14 de junio se cumplieron 25 años de su muerte. Quedó lejos aquel post en el que recordé sus 109 de edad.

Pensé en una manera de recordarlo. Y lo que más recuerdo de Borges son sus reflexiones críticas y enseñanzas sobre el género policial:

  • El lector inventado por Poe.
  • La inclusión de la violencia.
  • Su pérdida de interés en el género. 

Gracias a Roberto Alifano, amigo del escritor, transcribo algunos pasajes de una conversación, alrededor de 1980 (el dato es impreciso) que publicó en su libro "Conversaciones con Borges".

El lector de policiales: 
"El lector de policiales ha sido creado por el mismo género policial. Es decir, si uno lee un cuento policial lo lee pensando en quién será el asesino. En cambio, los primeros lectores de Poe (para Borges, el inventor del género policial) no eran lectores de cuentos policiales. De modo que leían de otro modo. Vamos a suponer, por ejemplo, que el Quijote fuera una novela policial. (...) Entonces leeríamos: 'En un lugar de la mancha de cuyo nombre no quiero acordarme...' Y uno pensaría esto: 'Bueno, el que dice esas palabras es, sin duda, el criminal ya que por algún motivo no quiere acordarse'. Y después... 'No ha mucho tiempo que vivió un hidalgo'. Y uno seguiría pensando: 'Quizás ese hidalgo vive y va a ser asesinado o ha sido asesinado recientemente'. Vale decir que leemos un texto del género policial sospechando todo de antemano, pero ese tipo de lectura ha sido creado por el mismo género policial.

Un tipo de lectura que ha trascendido y penetrado en la cultura de masas, de modo tal que hoy hasta la ejercemos ante una serie de televisión, una película de James Bond o cualquiera que tenga acción y algo de suspenso.


Desdén por la violencia:


"Cuando yo leía cuentos policiales prefería una tranquila aldea inglesa. Chesterton ha sido uno de mis autores preferidos. (...) En Inglaterra se ha respetado más la tradición del cuento policial que en Norteamérica donde ha sido reemplazado por novelas en las que intervienen la violencia y el sexo."

Parece mentira que quien diga esto, durante 10 años haya dirigido, junto a Bioy Casares,  El Séptimo Círculo (1945 - 1955), una colección de novelas policiales de autores como James M. Cain, más cercano al hard boiled (la rama dura inaugurada por Cosecha roja de Dashiell Hammett) que al policial enigma de Poe.


Es probable que hoy Borges pusiera mala cara ante las novelas de James Ellroy, en mi opinión, uno de los autores que hacen algo diferente en el género. Su prosa de frases cortas y rápidas, como disparos a quemarropa, le dan vértigo e intensidad a sus novelas cargadas de personajes heridos por la violencia de la vida.

Borges consideraba el policial como un género fantástico, en el sentido de poco realista. Los crímenes, decía, en la realidad se descubren por delaciones, errores, azar, y no por razonamientos inteligentes.

Veía al policial como una suerte de relato problema que se resolvía cerca del último párrafo. El misterio era el único encanto, al punto que el crimen, y todo lo que ello implica, podría resultar puramente anecdótico.


Desdén por el género:

Y sí, parece que, con los años y el avance de la rama negra, Borges perdió el interés por el policial.

Philip Marlowe (Raymond Chandler) en la carne de Bogart.

En una entrevista reproducida en el excelente ensayo “Asesinos de papel”, de Jorge Lafforgue y Jorge B. Rivera, dijo:

“Frente a una literatura caótica, la novela policial me atraía porque era un modo de defender el orden, de buscar formas clásicas, de valorizar la forma. (…) Luego descubro que ese rigor y esa coherencia pueden reducirse a un pequeño grupo de artificios; comienzo a sentir que Stevenson tiene razón cuando dice que la novela policial deja la impresión de algo ingenioso pero sin vida. Y entonces me doy cuenta que los autores que más me atraen no son estrictamente policiales.
(Sobre la literatura norteamericana) No me parece que sea un mérito pintar ambientes desagradables, que se pueda aplaudir la tendencia a la vulgaridad ni menos a la exaltación de la violencia. En mi cuento ‘La intrusa’ hay un crimen, pero no se lo describe, y el efecto logrado es mucho mayor que si hubiese mostrado esa escena violenta.”
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1 comentario:

Gonzalo R. Roncedo dijo...

Sólo leí poesía de Borges (aunque prefiero a Lugones, Lorca, Neruda o Nervo), quiero repuntar más a Gudiño antes. Pero sí me parece muy contradictorio Borges, en tal tipo de actos. ¿Qué opinaría el autor sobre una (para mí, lector de detectives) de una Miss Marple, un Poirot, un Dupin o acaso (bueno, de éste sí pusiste con respecto a los yankis) Nero Wolfe? Leí alguna vez, cambiando el tema, que Borges robaba, falsificaba con su gran intelecto de traductor, sus propias obras como una contrafalacia: haciendo creer que era otro autor de mayor talante, tal como Faulkner. Lo peor es que varios supuestos intelectuales "defienden" tal acto, diciendo que escribir ya es un hiperbolismo y que, manteniendo tal actitud demente, ya serán escritores meras escrituras que acaso pudieran ser tajantes (y nada más que eso).