Hace poco vi un documental sobre una de las obras de arte más grandes del mundo: Dark side of de moon, de Pink Floyd.
A través de entrevistas los protagonistas y a algunos periodistas especializados, el documental cuenta cómo fue concebido el disco desde lo intelectual hasta lo estrictamente musical. Roger Waters, David Gilmour, Nick Mason y Richard Wrigth, junto Alan Parsons (el ingeniero de sonido), revelan algunos trucos de la grabación que se llevó a cabo entre junio de 1972 y enero de 1973, en los legendarios estudios Abbey Road.
Aquí va una perla que me pareció interesante. Richard Wrigth, a cargo de los teclados de la banda, confesó que, poco antes de encerrarse en el estudio, se había enamorado de un acorde muy bajo, quizás oscuro, que Bill Evans tocó en las sesiones de Kind of Blue (1959), el disco que Miles Davis grabó junto a sus músicos en apenas diez horas, y que muchos lo consideran como uno de los mejores discos de jazz de todos los tiempos.
Ese acorde funcionó como una musa, fue la pieza que le faltaba a Wrigth para armar la secuencia de “Breathe”, el tema que abre Dark side of the moon.
De alguna forma, algo de lo que flotaba entre Miles Davis, Bill Evans, John Coltrane, Paul Chambers, James Cobb, Wynton Kelly y Julian “Cannonball” Adderley en el estudio de Columbia Records de New York en 1959, se repitió trece años después, a miles de kilómetros de distancia.
Acabo de oír de nuevo Dark side of the moon y no cabe ninguna duda: las paredes de Abbey Road, una vez más, transpiraron magia.
Algo más
Mirá y escuchá Breathe en vivo:
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