26 abril 2008

De cómo Gudiño destruyó mi fórmula

Me detuve frente a la biblioteca de mis viejos, y empecé a mirar los lomos, leí casi título por título. La biblioteca eran dos modulares; una suerte de cubos de madera divididos por dos estantes, lo suficientemente profundos como para albergar dos filas de libros. Cuando me aburrí de la primera fila, quité de a tres o de a cuatro, y leí los títulos de la segunda, que sólo la veía aquel que le interesaba buscar. Si me daba curiosidad el tema de un libro y me llamaba la atención su tapa, entonces lo leía.

Entre los diez y los trece años, busqué libros en mi casa utilizando casi siempre esta fórmula. Una vez que elegía uno y lo leía, había pasado el tiempo suficiente como para olvidarme lo que había encontrado la vez anterior, de modo que la búsqueda se repetía. Y quizás por eso, todas las veces persistía la sensación de que los libros se habían cambiado de lugar. Pero hubo uno que destruyó esa fórmula azarosa. Tenía trece cuando encontré Carta abierta a Buenos Aires violento de Eduardo Gudiño Kieffer, y nada volvió a ser igual. Lo leí en pocos días y enseguida pregunté si no había otro del mismo autor. Por suerte, encontré dos más.
Hoy, catorce o quince años después, los libros de Gudiño Kieffer ocupan un estante de mi biblioteca, los colecciono.

Lo que sigue es el comienzo de Carta abierta a Buenos Aires violento, un libro que le encargó la editorial Emecé y que pertenece a la colección Cartas Abiertas, en la que participaron también: Dalmiro Sáenz y Ulyses Petit de Murat, entre otros.


Progimnasma, exordio, isagoge o más bien sanata

Hace unos años que me tragaste, Buenos Aires. Para comerme mejor (o peor, todavía no sé). Unos años. No tantos como para que ya me hayas transformado en secreción, mucosidad o lágrima, no tantos como para que me hayas digerido y evacuado, no tantos como para haber abandonado tu organismo en forma de polución, microbio o cualquier bacinada, cualquier cosa de esas que van a parar al río y en vez de hacer brotar los cándidos lotos del estilo de vida argentino hacen brotar esos carteles, por Saint – Tropez y por el Balneario de Costanera Sur, que dicen tan solamente “Aguas contaminadas”.

Eduardo Gudiño Kieffer (Carta abierta a Buenos Aires violento. 1970)



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5 comentarios:

Marcela Vago dijo...

Emy, muy interesante tu blog, gracias por introducir a mi biblioteca un nuevo autor. nunca habia leido nada de Gudiño Kieffer y la verdad ahora, con un fragmento tan corto, me llama mucho la atencion. (tendria que buscar mas profundamente y seguro me va a gustar mucho) se que tiene algunos guiones cinematograficos hechos, los voy a investigar......
de paso te recuerdo que nunca me mandaste tu cuento, quiero leerlo!!!!tengo la certeza de que es muy bueno, cuando te acuerdes, hacelo rotar.
saludosssss
marcela

Anónimo dijo...

Hola encontre tu blog por que hoy buscando entre muchos libros encontre uno con un fragmento de Carta abierta a Buenos Aires Violento me gusto tanto que ahora busco en la red toda la obra de Eduardo Gudiño Kieffer..

Saludos desde Nicaragua

Gabriela

Unknown dijo...

Entre los 17 y los 25 lei todo lo de EGK, me fascinaba!! Sus relatos y forma de escribir me transportaba a sus mundos y sub mundos. Inventaba palabras. Un dia caminando por Av Corrientes lei un folleto que él en persona estaba firmando libros a no mas de tres cuadras de donde yo estaba. Que emocion!. Caminé descontrolado a su encuentro. No lo conocia y al verlo en su ambo blanco y pañuelo rojo al cuello era lo que yo no queria ver. Desepcionado ya no pude leerlo mas!! Lo que escrito y el escritor no era congruente en mi cabeza juvenil....Una anecdota.

carlosmaitahistoriayletras.bogspot.com dijo...

Emiliano, descubrí a Eduardo Gudiño Kieffer en 1984. Fortuitamente hallé "Será por eso que la quiero tanto" en la biblioteca popular "Sarmiento" de Rosario de la Frontera, Salta, en mi pueblo. Yo tenía 18 años y hacía un par de años que había enseñado a escribir. Me gustó muchísimo esa novela. Luego leí "Fabulario" (cuentos) y más tarde "Para comerte mejor". Empecé a admirar su obra. En 1987 gané el premio Fortabat; E. G. Kieffer formó parte del jurado. Lo conocí entonces en Bs. As. Fui a su departamento de la calle Perón. Esa tarde de noviembre conversamos, chocolates y café de por medio, y me regaló autografiado "Carta abierta a Buenos Aires violeto", que considero casi una síntesis de sus obras donde Bs. As. es una especie de bella, seductora, puta y violenta mujer que no deja de llorar or nosotros apenas nos agrede. Muy bueno tu blog, un abrazo!!!

Emiliano Cosenza dijo...

Gracias por el comentario, Carlos. Qué bueno que pudiste conocer al Gudi; me hubiera encantado tomar un café con él. Cuando puedas leé Medias negras, peluca rubia, es una novela muy interesante. Fabulario siempre me fascinó, muy cortazariano. Algún día de estos lo voy a agarrar de nuevo.

Carta abierta a Buenos Aires violento tiene algo, es un Gudi muy auténtico, siempre me gustó esa mirada de amor y odio a la ciudad, que también está en Será por eso..

Saludos,
E.

PD: Y gracias a todos los que fueron dejando comentarios en este viejo blog. :)