Hoy cerró la edición del XIII Congreso de Periodismo Digital de Huesca, España.
El valor de este tipo de reuniones de profesionales de la comunicación está en las conclusiones. No se trata de hacer futurología sobre el periodismo, sino de generar documentos como faros en la noche.
Viejas dudas de siempre
Es llamativo como a veces algunos temas parecen repetirse.
En la primera edición (2000) muchos ponentes debatían sobre los retos y oportunidades de las nuevas tecnologías, el perfil del periodista digital, los cambios en la profesión, el periodismo científico, etc. No suenan lejanos, ¿no?
Los temas siguen vigentes, porque las dudas siguen vigentes.
Y lo interesante es ver los matices, cómo cambia el punto de vista a lo largo de los años, en esta industria que muta tan velozmente.
Estos tópicos hoy siguen generando debates:
- La formación "digital" del periodista.
- El impacto de las redes sociales (social media) y el periodismo ciudadano.
- La crisis del modelo de negocio y de la estructura de medio de comunicación de grandes redacciones.
- La adopción de dispositivos móviles.
- El periodismo de datos.
- El periodista que construye ya no una reputación sino una marca.
Publicación con las conclusiones de 2012
Cuando mencionaba que el valor está en los grandes documentos de referencia, hablaba de la publicación que liberan al cierre del congreso (PDF).
Ya desde el índice pueden hacer una selección entre los temas emergentes y la resignificación de los de siempre.
Transcribo 3 de las 11 conclusiones sintéticas que publicaron en el sitio del congreso.
Algunas conclusiones:
Se ha puesto de manifiesto que muchas de las historias de éxito en el nuevo periodismo han nacido de fracasos en el viejo.
La innovación periodística no solo afecta a los contenidos, sino a los procesos. Un excelente ejemplo lo constituye el uso del formato en papel para promocionar el producto digital y no al revés, como se venía haciendo hasta ahora.
El momento único que sucede a partir de la adopción de las TICs, la generaciones nuevas les enseñan a las viejas:
La generación de periodistas que ya se abre paso, los jóvenes que con 30 años van curtiéndose en esta profesión. Los periodistas más jóvenes no tienen nostalgia de un periodismo que no han vivido y apuestan por regenerar esta profesión, experimentar con ella, abrirse a todas las opciones sin perder la esencia de su función social. Echan de menos que maestros con experiencia en el oficio les ayuden a crecer en el día a día; esos profesionales que peinan canas y que han sido arrinconados, despedidos, quemados... o ascendidos a puestos sin contacto con la redacción. Se ven en la circunstancia de tener que enseñar a redactores veteranos a utilizar las herramientas y los lenguajes del periodismo en Internet. Estos jóvenes profesionales conocían la precariedad, en forma de becas, antes de la crisis. Creen en Internet como ecosistema para la buena salud de la información como servicio público.
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