Hacen un jazz de acento latino, marcado y coloreado eficientemente por la marimba y percusión de Carlos Alban. El baterista José Germán completa y marca el pulso sin demasiado yeite, mientras el bajo de Cayo Iturralde y el piano de Raimon Rovira llevan adelante la música y los solos, acompañados por la guitarra, siempre sutil, de Ramiro Olacigueri.
Al segundo tema pensé en lo extrañas que se ponen algunas fusiones; la alquimia es un arte de expertos y por eso pocas veces el resultado de una mezcla resulta novedoso. Pies en la tierra propone la fusión de jazz con sonidos ecuatorianos. Pero algunas piezas acaban en una música latina, que por momentos suena poco jazzera. Es decir, una clase de fusión que sólo luce como una mezcla que yuxtapone los elementos.
Pies en la tierra y Ricardo Cavalli. Foto: Festival de Jazz de Buenos Aires.
Pero en los últimos tres temas, con el saxofonista argentino Ricardo Cavalli como invitado, apareció de pronto la fusión y los temas ganaron intensidad.
Antes de comenzar Yasuní, Rovira anunció:
“La melodía fue extraída de la tribu Secoya, del oriente de Ecuador”.La pieza suena distinta al resto. Si bien el componente latino es visible, penetra en el jazz y se funde. Los secoyas fueron jazzificados; eso sí que es fusión.
Para escuchar:
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